miércoles, 20 de mayo de 2009

Problemas Psiquiátricos

El diagnóstico de una enfermedad psiquiátrica se basa en el examen psiauiátrico y una serie de técnicas consideradas como examenes complementarios. En el curso del examen psiquiátrico lo más importante es escuchar al paciente pero no debe olvidarse nunca la observación (de la mímica, los gestos y el comportamiento), ni el examen médico en el sentido clásico del término.
En todos los casos el estudio de los antecedentes (anamnesis) es muy importante, ya sean familiares (herencia, condicionamiento del medio), o personales: datos biográficos de la infancia; embarazos, deseados o no, normales o patológicos; traumatismos al nacer, estudio de las condiciones afectivas y del medio, de las cualidades de la educación moral, religiosa, sexual, etc. Después del examen clínico, del interrogatorio y de los exámenes complementarios (dosificación biológica, balance endocrino, electroencefalograma, etc.) el paciente será enviado a un psicólogo para un examen psicosométrico, que permite evaluar sus funciones intelectuales y la estructura de su personalidad. Así, gracias a una prueba psicológica (que constituye una situación experimental estandarizada, que sirve de estímulo a un comportamiento) se puede evaluar al paciente por medio de una comparación con los resultados estadísticos que han proporcionado otros sujetos sometidos al mismo examen. Existen dos grandes pruebas psicométricas: una de eficiencia y otra de personalidad.

Las pruebas de eficiencia permiten conocer el nivel intelectual. Además del coeficiente intelectual global, se valora el coeficiente intelectual verbal sitúa al sujeto en una escala estadística.

La prueba de Rorschach está constituida por diez cuadros con manchas simétricas de tinta.
El paciente debe decir lo que ve, sus interpretaciones, sus evaluaciones, el contenido, la originalidad, etc., lo que le sirve al médico como elementos para el diagnóstico.

Con un examen de este tipo se llega a la definición del concepto de deterioro mental. Si un sujeto es sometido a una situación definida y responde con eficiencia interior a la que debería, comparándolo con los individuos análogos o con su comportamiento anterior, se dice que el sujeto ha sufrido un deterioro mental, lo que no quiere decir que el sujeto sea demente ni que tenga una deficiencia orgánica.

Las pruebas de personalidad se realizan mediante cuestionarios sobre la personalidad fáciles de resolver. Cuando se aplican a un grupo permiten separar rápidamente a las personas normales de aquellas que tienen trastornos psíquicos (neuróticos) y a las que debe practicárselas un examen más profundo. Con estas pruebas se tiende a explorar la personalidad global; el sujeto es enfrentado a una situación esbozada en líneas generales a la que responde en función de sus tendencias profundas y de la organización de su personalidad. Al estructurar el material poco diferenciado de la prueba; al paciente se expresa por entero, con originalidad: se proyecta en su respuesta. La configuración de los resultados, analizados y clasificados, conduce a la descripción de la personalidad, aun retrato psicológico y no a un perfil. Las técnicas son muy variadas: la prueba de Rorschach, la de completar frases, imágenes o historias, o los dibujos con un tema determinado, que se utilizan mucho en paidopsiquiatría (dibujos de la familia, de un árbol, etc.).

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